#ConFrijolitos

por Carlos Carrazco de ALENER y Emiliano Detta ¿Tienes ganas de hacer algo para ahorrar dinero y bajar tu impacto al medio ambiente en el encierro y no sabes cómo empezar? Aquí detallamos tres formas en las que puede hacer esto dependiendo de dónde vives y tus hábitos de consumo: 1. ¿Vives en una zona templada donde no hay climas extremos? Probablemente te convenga instalar un calentador solar o un calentador de gas más eficiente.  En zonas templadas el consumo de gas para agua caliente es uno de los más altos en una casa.  Los calentadores solares captan la radiación solar, generalmente infrarroja, y calientan el agua que pasa por sus tuberías para darnos agua caliente. Normalmente tienen que estar conectados en adición a un boiler eléctrico o calentador de gas. El costo de un calentador solar residencial ronda los 500 a 700 dólares más lo que cueste la instalación en países como México. Otra opción es simplemente cambiar el boiler por uno más eficiente como lo son los boilers de

por  Anaid Velasco Foto de  Alexei Scutari  en  Unsplash Aunque mucho se ha escuchado de la reforma legal promovida por el titular del Poder Ejecutivo para cambiar las reglas del juego en la generación de energía eléctrica, ha habido muy poca resonancia sobre cómo compromete el presente y el futuro de los y las mexicanas en términos ambientales y de salud pública. Se ha dicho que la reforma tiene origen en la necesidad de fortalecer el papel que tiene la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en la generación de energía; que el marco legal previo favorecía al sector privado causando graves pérdidas económicas a la Nación; que los proyectos de energías limpias, además de causar despojo económico, han causado violaciones de derechos humanos a algunas comunidades indígenas y rurales. Aunque algunos de estos hechos han ocurrido en la realidad, particularmente en el caso de proyectos que han violado los derechos humanos de las comunidades, el marco legal vigente contempla instrumentos y m

por Citlali Cortés  Mis amig@s publican sobre muchos temas en sus redes sociales, pero hay uno que es especialmente cercano a mi corazoncito: el de los incendios forestales, o como prefiero llamarlos, incendios en tierras silvestres. Al teclear las palabras de búsqueda: incendios forestales 2021 el día de hoy 29 de marzo, estos son los resultados que arroja Google como noticias destacadas.   Los titulares nos dicen que hay 78 incendios activos y que México arde, también podemos deducir que “sofocar” los incendios es la única alternativa viable porque, ¿quién en su sano juicio quiere que hayan 78 (¡sí, setenta-y-ocho!) incendios forestales en nuestro país en un mismo día??? Escogí una nota al azar (esta, de El Sol de México ), en la que queda claro que ni quien la escribió ni quien la editó tienen idea del área que cubre una hectárea ni el tamaño que tiene la Ciudad Universitaria de la UNAM (el citado artículo menciona que “C ada año se registran más de siete mil [incendios] con u

por Emiliano Detta Imagen de  Krocker Klaus  desde  Pixabay   Comparto en estas letras una visión de sustentabilidad para esta ciudad de la que tanto hablan los libros de historia. En esta ciudad no hay resentimientos en contra de los españoles ni los políticos pasados. Aquí la gente no habla de malinchismo ni de neoliberalismo. Vivimos el ahora en armonía con nuestro entorno.  Nuestras casas están hechas de adobe o madera usando materiales locales en lugar de cemento. En nuestros techos hay un Tlaloc de Isla Urbana para recolectar nuestra agua en vez de traerla por kilómetros desde El Sistema Cutzamala. Nuestros desperdicios no terminarían en el Estado de México o en el Bordo Poniente. Los reutilizaríamos como composta para alimentar nuestras milpas y huertos comunitarios. Vivimos en armonía con los ecosistemas naturales y nuestros alimentos provienen en parte de la agroforestería. En nuestros ecosistemas viven ajolotes, conejos y animales endémicos.  Hay inmensas zonas de conserva

 Por Adrian Rivera de A Divertirse ConCiencia Imaginemos por un momento la panorámica de nuestra ciudad en 29 años: altos edificios, personas asomadas al balcón, aromas de la cocina que nos recuerdan lo cerca que está la hora de comer; todo ello cobijado por más de tres mil cuatrocientos millones de toneladas en desperdicios sólidos que se antojan tan conocidos que ya los bautizamos con nombre y apellido. No es el comienzo de la película de Wall-E, se trata de los datos extraídos del informe publicado por el Banco Mundial en septiembre del 2018, el cual examinó los datos de 367 ciudades para llegar a sus resultados. De continuar las actuales tendencias en manejo de desperdicios sólidos tendremos que lidiar con un cerro de basura (3,400 millones de ella para ser más exactos) y con 2 mil 600 millones de gas del tipo CO2. Lo que dejaría poco espacio para que llegue a nuestra nariz el humo que desprende un café recién preparado. Pensaríamos que la solución es costosa o extremadamente

por Emiliano Detta Quisiera hablarles en este blog de una tecnología sorprendente. Aquí voy a hablar de la energía solar fotovoltaica. Esta tecnología utiliza materiales semiconductores (como el silicio) y la luz del sol (los fotones en particular) para generar energía eléctrica. Esta forma de generación existe desde 1950 pero ha incrementado su eficiencia a lo largo de los años sustancialmente.  La energía solar fotovoltaica ha logrado obtener costos de generación a gran escala que equivalen a un 1/6 de lo que le cuesta al sistema eléctrico poner una unidad de energía en nuestras casas en países como México. Además lo hermoso de la tecnología solar fotovoltaica es que es modular. Esto quiere decir que podemos ponerla en nuestras casas si tenemos el espacio en nuestro techo y también se pueden hacer grandes proyectos de cientos de hectáreas.  Esto suena muy bien pero si es cierto que tener energía solar fotovoltaica en tu casa implica el hacer una inversión sustancial inicial .  Si